rojas y blancas!
¡Es el gran día! Toda la familia se ha acomodado en el coche y está camino al País Vasco.
Durante el viaje, los niños se divierten contando los coches que pasan…
45: ese es el número de autos grises que notó Baptise, el más pequeño. A medida que avanza el viaje, el paisaje cambia y todos se maravillan ante la arquitectura de las pequeñas casas rojas y blancas, emblemáticas de la región… ¡Seguro que el camping está cerca!
¡Aquí están! Papá se dirige a la recepción para confirmar la información, mientras los niños observan a su alrededor para identificar las diversas instalaciones. Finalmente, papá regresa rápidamente con un mapa en mano y toda la familia vuelve al coche para dirigirse al alojamiento. ‘¡Aquí, aquí!’ Los niños exclaman en el coche; han encontrado el acogedor refugio para sus vacaciones. Todo es exactamente como lo habían imaginado: un lugar tranquilo, junto al bosque, con camas súper cómodas y una televisión en la sala de estar.
De inmediato, se forman dos equipos. Por un lado, mamá y Baptiste se encargan de guardar el equipaje y de planear el programa de la semana. Por otro lado, papá y Léna, la mayor, van de compras para llenar la nevera y las despensas como se debe. A su regreso de la tienda, cuentan que vieron paisajes increíbles en el camino. Resulta que esta noche a las 19:00 horas es la bienvenida y habrá toda la información necesaria para visitar la región.
Después de tomarse su tiempo para despertarse tranquilamente, deciden dirigirse al mercado de Ciboure, una visita obligada que se encuentra a solo 10 minutos del camping.
Una vez allí, el tiempo es absolutamente magnífico, lo que parece inspirar a los lugareños que se reúnen en la plaza del Frontón para bailar el mutxiko, una danza tradicional vasca. ¡Qué suerte poder presenciar este espectáculo y, sobre todo, qué ambiente!
la playa!
Por iniciativa de Léna, toda la familia cruza el puente a pie para llegar a la ciudad de Saint-Jean-de-Luz. El ambiente es completamente diferente, realmente se siente que están en la costa…
Después de hacer una breve parada en la playa, todos se dirigen hacia la gran calle peatonal. La ocasión, sobre todo, es poder ubicar los grandes mercados de los que tanto han oído hablar… ¡Así que está decidido! Volverán el viernes antes de nuestra partida para comprar muchos productos locales…
y las canciones…
¡Día increíble! Una vez llegados al camping, cada uno tiene tiempo libre para relajarse y descansar. Las chicas deciden aprovechar los últimos rayos de sol en la piscina, mientras que los chicos prefieren quedarse jugando tranquilamente a juegos de mesa en el alojamiento. Por la noche, los animadores del camping han organizado una velada especial de canciones vascas, ¡un evento que no se pueden perder!
Despertar temprano porque hoy es día de senderismo. De hecho, en la bienvenida, escucharon hablar de la Rhune, la montaña más alta de la región.
Sin embargo, esta mañana hay un gran debate. Por un lado, están los que quieren subir en tren, y por otro lado, los que quieren escalar a pie. Finalmente, se llega a un compromiso. Mamá y Léna dejan a papá y Baptiste en la estación de tren en Sare antes de regresar y estacionar en Trabenia, a solo un kilómetro del camping, para comenzar la subida.
«¡Guauuuu!» Sí, arriba, el espectáculo es simplemente asombroso. La vista es increíble, con diferentes tonos de azul y verde… ¡Es como una postal!
Los chicos cuentan su viaje en tren mientras que las chicas, orgullosas de sí mismas, relatan la subida a pie. Una cosa es segura, el picnic preparado por papá le sienta bien a todos y permite tomar un gran descanso antes de emprender el descenso que se perfila como deportivo.
¡Listo, el descenso está hecho! Todos se reúnen en el coche, listos para volver al camping. A la llegada, dirección a la piscina para descansar las piernas en las tumbonas y darse un chapuzón para refrescarse.
La noche continúa en un ambiente festivo en ‘Kaxu’, el chiringito del camping, con mojitos para los padres y jarabes de agua para los más jóvenes.
buena compañía
Hoy han anunciado un hermoso sol con una temperatura que alcanzará casi los 35°C !
Esta mañana, todos disfrutan de un delicioso desayuno en la terraza mientras todavía hace fresco afuera. El ambiente es tan tranquilo y, como todos los días desde que llegaron al camping, Baptiste coloca migajas de pan en el borde de la terraza para luego poder observar a los pajaritos que vienen a comer. La felicidad de estar de vacaciones…
Desde el domingo, los niños no paran de hablar de la playa que visitaron en San Juan de Luz. Todavía no hace demasiado calor, así que es el momento ideal para aprovecharla.
Diríjase al coche para dar un paseo de 15 minutos antes de dejar la toalla en las finas arenas del País Vasco. Una vez se hayan puesto la crema solar y la gorra, ¡los niños saldrán corriendo en dirección a las olas! Algunos de sus amigos del camping les han dicho que la temperatura del agua puede alcanzar los 22°C…
Son las tres de la tarde, y el sol y el calor no nos permiten hacer mucho al aire libre… «Estaríamos mucho mejor en una cueva», ríe Léna.
Al final, ¡es una gran idea! Las cuevas de Sare están a sólo 15 kilómetros del camping y te mantendrán fresco durante parte de la tarde.
Allí mismo, toda la familia puede disfrutar de una visita guiada de luz y sonido de una hora de duración. El interior de las cuevas es sencillamente suntuoso, y los niños casi se quedan sin habla…
en familia
Hoy es un día especial. Toda la familia se prepara para ir a Hendaya, una ciudad situada a 20 minutos en coche del camping Zelaia. «Son tan bonitas», dice Léna, mientras pasea por la pequeña ciudad, divisando las alpargatas, EL calzado tradicional del País Vasco.
Como es una idea estupenda para un recuerdo de las vacaciones, ¡al final decidimos equipar a toda la familia! Hay tantos diseños y colores para elegir…
y hermosas caídas
Al llegar a la playa, papá vio una escuela que ofrecía clases de surf. Como nunca había tenido la oportunidad de probarlo, estaba decidido a aprovechar sus vacaciones en la costa vasca para intentarlo.
Baptiste quiere seguirle, así que los dos se lanzan a domar las preciosas olas de Biarritz. Por supuesto, a mamá le encanta capturar las mejores caídas de los chicos con su teléfono y no se pierde ni una…
es una fiesta de tapas!
«Coged la lanzadera para descubrir Fontarrabie, ¡no os decepcionará! » Toda la familia siguió los consejos del monitor de surf y se dirigió al puerto.
La travesía dura sólo 7 minutos, cuesta sólo 2 euros y, además, ¡la vista es magnífica!
El monitor tenía razón, el pueblecito es realmente encantador. Además, hay una gran variedad de bares de tapas y pequeños restaurantes típicos… ¡así que seguro que te lo pasas en grande!
y croissants por la mañana temprano.
Hoy nos levantamos más tarde de lo habitual, y con razón: no tenemos nada planeado aparte de disfrutar al máximo del camping.
¡Sorpresa! Mamá llega con una bolsa llena de deliciosos pasteles que ha comprado en la tienda de comestibles de KAXU.
Perfecto para empezar el día con buen pie.
Esta mañana, los niños han querido probar el club infantil. Como está abierto a niños de 6 a 12 años, ¡están encantados de poder ir juntos!
y ensalada de queso de cabra caliente para el almuerzo.
Los niños salen del miniclub y son muy parlanchines. Han hecho muchos amigos nuevos, han jugado a muchos juegos… ¡Les encanta!
Este mediodía comemos en el restaurante del camping. ¡Papá eligió la hamburguesa «Txistorra» con embutidos del País Vasco!
Los niños tienen su propio menú, con el filete picado de Baptiste y las tiras de pollo empanado de Léna, mientras que mamá se decanta por la ensalada de queso de cabra asado…
Después de comer, se forman dos equipos. Por un lado, mamá, que prefiere relajarse en la casa móvil, y por otro, papá y los niños, que se dirigen al campo polideportivo para jugar al baloncesto.
A las 17 h, Léna y Baptiste participan en una búsqueda del tesoro gigante por el camping. Mientras tanto, los padres podrán reservar mesa en KAXU para la tradicional velada de mejillones y patatas fritas del jueves por la noche.
Es el último día y, como estaba previsto, toca ir a las Halles de Saint-Jean-de-Luz para llenar el coche de recuerdos y deliciosas especialidades locales.
Pimiento de Espelette, Ossau-Iraty, pastel vasco y jamón de Bayona… ¡Estamos de enhorabuena!
Cuando volvimos a la casa móvil, volvía a salir el sol, así que comimos fuera, en la terraza, lo que consistió principalmente en vaciar la nevera.
por la naturaleza…
Las maletas ya están hechas, ¡y eso es bueno!
Cada uno disfruta a su manera de su último día en Zelaia. Mamá y Baptiste se van a la piscina mientras papá y Lena juegan una partida de ping-pong.
Al final de la tarde, todos se reúnen para dar un último paseo en plena naturaleza… ¡Ahhh, qué bueno es el País Vasco!
Otro gran día llega a su fin. Mamá y los niños están un poco cansados, pero papá sugiere que juguemos una partida de petanca y molkky mientras disfrutamos de unas buenas pizzas para llevar del snack bar.
Vamos, ¡es el momento perfecto para disfrutar de los últimos rayos de sol mientras se comparte un buen rato en familia! Al final, fueron Léna y mamá quienes vencieron a papá y Baptiste, pero como han dicho los chicos, ¡ya se vengarán cuando vuelvan a Zelaia!
